La trayectoria que sigue la MPA es única en su género; se basa en dos principios fundamentales:
1. la antropología tricotomica
2. la transconfesionalidad.

A diferencia del esquema antropológico clásico que ve al ser humano dotado de cuerpo y alma, la MPA hace referencia a un esquema tricotomico que considera al hombre dotado de cuerpo, alma y espíritu. El cuerpo es la envoltura que da forma física a nuestra personalidad.El alma, definida hoy como dimensión psíquica, comprende nuestra capacidad de pensar, de sentir por medio de emociones y sentimientos profundos, de percibir y gestionar las energías, incluso las menos conscientes. El Espíritu es la parte más preciosa y auténtica del hombre, es el centro del Ser del que surge la respuesta ala búsqueda de la verdad, de la paz y del sentido de la vida.

El método MPA es transconfesional, es decir no vinculado a ninguna confesión religiosa. Sobre la base de estos dos principios se ha puesto a punto, a lo largo de decenas de años de experiencia, un recorrido formativo del indivíduo formado por una serie de ejercicios de relajación y consciencia, transformación de las convicciones mentales negativas, el encuentro con la propia infancia y la valorización de la dimensión onírica.
Este itinerario conduce a mejorar la armonía de la persona y enseña a practicar el silencio físico, emocional y mental. Solo después de este recorrido propedéutico la persona es introducida en la Meditación Profunda.